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Las ventajas de los toldos sin marco

Las ventajas de los toldos sin marco

La importancia de la elección de toldos

El aire libre es sinónimo de libertad, apertura, visión y superación de límites, y la elección de la instalación de toldos adecuada también debe contemplarlo.

Con demasiada frecuencia frecuentamos locales comerciales o somos huéspedes en casas y pisos que ven los toldos como meras herramientas para proteger el espacio exterior de los rayos del sol. Lo cual es un poco como pensar que la ropa sólo sirve para proteger el propio físico y la intimidad de la mirada de los extraños y del sentido del pudor.

Si la industria de la confección conoce un gran aprecio por la estética, los colores, lo ponible, todo ello resumido bajo el gran nombre de moda, es difícil explicar por qué los toldos no pueden reivindicar también esta importancia de la elegancia.

Un mundo reducido a la mera funcionalidad es una rebaja de perspectiva; y hay que recordar que la belleza también es útil y que ambos conceptos no son antitéticos entre sí. Al contrario. Lo bello es lo útil y lo útil es lo bello.

Así pues, podemos abordar el tema de los toldos sin marco, es decir, modelos aparentemente más sencillos, pero que en realidad esconden una tecnología en cierto modo superior, ya que permite obtener las mismas prestaciones con menos componentes.

La importancia de la elección de toldos


La sencillez es inteligencia

Antes de pasar a analizar las ventajas de este tipo de instalación, conviene recordar que la sencillez es un valor y no un problema.

La belleza no siempre procede de la abundancia, que de hecho a menudo se traduce en complicación, no en encanto. Alguien que habla mucho pero no se hace entender, no consigue crear empatía con su interlocutor. Alguien que lleva ropa y accesorios preciosos, pero cuestionablemente conjuntados, no consigue destacar.

Por tanto, incluso en el caso de los toldos sin marco, la «falta de algo» no supone necesariamente una reducción de su valor. Al contrario.

La sencillez es inteligencia


Está ahí pero no se ve

Otra aclaración realmente definitiva, que corrobora lo que se acaba de decir, es que hablar de toldos sin estructura es referirse a un dispositivo dotado de mecanismos tales que la estructura no es visible.

Uno de los casos más claros de este tipo de técnica es el de los toldos desplegables. Pero no es el único ejemplo. Y esto es lo que determina las ventajas de las que hablaremos a continuación. No es una ausencia que pese, sino una elección tecnológica que realza la sencilla elegancia a la que acabamos de referirnos.


3 razones por las que merece la pena

¿Por qué elegir este tipo de toldo? Por, al menos, tres razones válidas:

  • Menor huella
  • Mayor versatilidad
  • Facilidad de instalación y mantenimiento.

Empecemos por ahí, por el principal problema por el que a menudo resulta difícil pensar que se puede aprovechar realmente el espacio exterior del que se dispone: el volumen.

La estructura de un toldo, aunque sencilla y menos exigente que la de una pérgola, sigue siendo un aspecto dimensional a tener en cuenta. Los toldos sin armazón resuelven este problema al permitir cubrir la zona exterior sin necesidad de elementos de soporte.

La segunda razón, ligada a la anterior, es la versatilidad. Demasiadas veces oímos que nos encantaría crear un espacio al aire libre o disfrutar de las ventajas de un toldo, pero no disponemos del espacio necesario para instalarlo.

Los toldos sin armazón son la respuesta definitiva a este tipo de problemas, ya que reducen completamente el espacio que ocupan tanto cuando están totalmente abiertos como cuando están cerrados.

Además, la versatilidad de este tipo de toldos es que también pueden instalarse en estancias sin espacio exterior, pero que necesitan protegerse de los rayos del sol. No necesariamente la creación de un espacio exterior, sino también una protección eficaz y beneficiosa del espacio interior.

Por último, pero no menos importante, están los aspectos de sencillez en la instalación y el mantenimiento. Los mecanismos más sencillos requieren menos inspecciones, con una reducción nada desdeñable de los costes de funcionamiento.

3 razones por las que merece la pena


Un toldo es más de lo que parece

Como hemos podido comprobar, los toldos sin marco son un tipo especial de cubierta para exteriores. Hay muchas aplicaciones y muchas variantes, incluso del mismo modelo, que pueden adaptarse a las necesidades individuales. Por eso siempre recomendamos una consulta personal; puede que te sorprendas gratamente del potencial oculto de tu vivienda que puede aprovechar un toldo.


Elegir los colores de los toldos: lo que hay que saber

Tipos de estructuras, materiales, sistemas de apertura, tejidos, formas y tamaños, pero también y sobre todo colores.

Sí, a la hora de elegir toldos, los colores no son una moda, un aspecto secundario, sino un elemento fundamental para identificar la solución más adecuada para ese entorno exterior.

Por eso hablamos de ello y nos centramos en los elementos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un color.


5 consejos para elegir los colores de los toldos

¿De qué tipo de exteriores estamos hablando?

El primer elemento del que hay que partir es el último al que queremos llegar: ¿cuál es el objetivo del espacio que estamos definiendo? ¿Un espacio doméstico en el que relajarse? ¿Un espacio comercial al aire libre en el que ofrecer productos y servicios? ¿Un espacio doméstico para compartir?

Respondiendo a esta pregunta ya tenemos una buena entrada para orientarnos en la amplia gama de colores y tonos que podemos utilizar para nuestros toldos.

¿De qué tipo de exteriores estamos hablando?

No sólo el tejido

Por supuesto, el tejido del toldo es sin duda el elemento de color más visible, pero no es el único. También el armazón, en virtud del material elegido, contribuye a determinar el estilo de la zona exterior y, por tanto, la elección de una tonalidad sobre otra en lo que se refiere al tejido.

El estilo del edificio

La arquitectura del edificio en el que se va a instalar el toldo también influye mucho en la elección de los colores.

Un estilo tradicional, por ejemplo, puede preferir tonos claros y pastel (verde, azul o blanco), mientras que para un estilo contemporáneo el gris o el negro, incluso en versiones más excéntricas y características, son ideales para los toldos modernos.

Conviene tener en cuenta estos factores sin anclarse en ellos, considerándolos dogmas irrefutables; son indicaciones a valorar, luego la elección final depende siempre de la persona que va a vivir en ese entorno, de sus preferencias, gustos y necesidades, y no son raros los casos de combinaciones aparentemente poco convencionales que, en cambio, resultan ser la mejor elección posible.

El contexto

Lo que se ha dicho sobre el estilo del edificio también se aplica al contexto en el que encaja ese edificio y, por tanto, ese espacio exterior. Una casa en el campo no tiene los mismos requisitos y características que un piso en un bloque de varias plantas; igual que una granja difiere profundamente de un restaurante en el centro de una ciudad.

Lo mismo ocurre desde el punto de vista estacional y medioambiental. Los colores típicos de una estación en ese lugar preciso son elementos valiosos a tener en cuenta para identificar el mejor tono.

¿Un consejo? Utilizar toldos:

Elegir colores más específicos y «opuestos» a los del edificio y su entorno ayuda a encontrar ese equilibrio necesario para tener la percepción de que todo está en su sitio.

Algunas características técnicas

Algunas características técnicas

También hay que tener en cuenta algunas consideraciones técnicas. En primer lugar, la capacidad de mostrar la suciedad y la capacidad de resistir la pérdida de brillo causada por el contacto constante con los rayos del sol.

Los colores claros (blanco, beige, azules claros y amarillos) resisten mejor los rayos del sol, pero muestran más las manchas y la acumulación de polvo y suciedad (un poco como la carrocería de los coches); del mismo modo, los tonos más vivos y oscuros (rojos, verdes, etc.) se decoloran antes, pero ocultan mejor las manchas e imperfecciones.

En cuanto a la resistencia a los agentes atmosféricos, hay que señalar que depende mucho de la calidad del producto adquirido, ya que las versiones modernas son capaces de garantizar un rendimiento óptimo, en cualquier caso.

En conclusión, podemos decir que no hay un color mejor que otro y que la identificación del más adecuado tiene en cuenta varios elementos. Es un juego de tensiones, aparentemente incluso opuestas, gracias al cual el tono y la tonalidad específicos para ese espacio exterior pueden surgir y experimentarse cada día en su absoluta belleza.

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